“Nuestro socio José Antonio López titula la editorial de la revista del Colegio de Economistas de A Coruña del mes de julio “Economía gallega: un mastodonte entre gacelas”

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13 ago “Nuestro socio José Antonio López titula la editorial de la revista del Colegio de Economistas de A Coruña del mes de julio “Economía gallega: un mastodonte entre gacelas”

Para bien en algunas ocasiones, para mal en otras, en Galicia las cosas acostumbran a llegar tarde. Cuando en 2008 la práctica totalidad de España ya sentía con toda su crudeza los efectos de una crisis importada desde el otro lado del charco y originada a raíz de las tristemente famosas hipotecas subprime, en nuestra Comunidad todavía alardearíamos un par de años de un plus de resistencia que, en puridad, nunca existió. Únicamente se retrasó la llegada del tsunami económico. Siete años después, la coyuntura en la que se encuentra actualmente la economía gallega comienza a dar la razón a aquellos que mantenían que, si bien los gallegos tardamos más en notar los efectos de las crisis económicas, de igual modo acostumbramos también a notar más tarde los efectos cuando el tren de la economía comienza a acelerar. La percepción de que la economía gallega está mejorando viene corroborada por los datos de la oleada del barómetro de economía correspondiente al primer semestre del año, que el Consello Galego de Colexios de Economistas presentó el pasado día 22 de julio (cuyos resultados groso modo tenéis en la página siguiente): los datos obtenidos permiten afirmar que en este primer semestre de 2015 se ha alcanzado el máximo de opiniones positivas respecto a la situación de la economía gallega (36,81%) de toda la serie, al mismo tiempo que las percepciones negativas siguen descendiendo notablemente (19,73%). Así las cosas, si analizamos el crecimiento de Galicia de forma aislada es lícito ser optimista, pero el problema se detecta al confrontar los datos con los del resto del territorio nacional. Y es que crecemos muy por detrás de la media española y con una divergencia que va en aumento: entre enero y marzo del 2015 el diferencial en relación al resto del país alcanzó la mayor brecha en 10 años, un avance en la economía gallega de apenas el 0,9 %, frente al 2,7 % de España. Así concluye el Estudio de Coyuntura presentado por el Foro Económico de Galicia (FEG) a principios del mes de julio, que identifica además las causas que propician tal situación. A saber: menor tamaño de las empresas gallegas, escasa innovación, estancamiento de las exportaciones, así como una caída de la población activa entre los jóvenes más acentuada que la media, con un descenso del 3%. Tendencia esta que se confirma también en el ámbito laboral: los avances mostrados por el mercado de trabajo gallego, que comenzó a corregir su tendencia negativa desde el inicio de 2014, han llegado con retraso en comparación con el conjunto de España, lo que desembocó en que el crecimiento anual de la afiliación a la Seguridad Social media fuese del 0,5% en Galicia frente al 1,6% en España. De este modo, aunque los datos y las previsiones disponibles a comienzos del presente año parecen confirmar que la salida de la prolongada recesión económica de Galicia —salida que tuvo su inicio a finales del año 2013— no se va a ver truncada como sucedió con la falsa salida del año 2010, sí parece sin embargo que el pulso y la intensidad de la recuperación es claramente inferior a la del resto del estado. En definitiva, debido a las múltiples particularices geográficas, demográficas o las características de los tradicionales sectores productivos, Galicia acostumbra a comportarse como un mastodonte entre gacelas: impulsada por pasos lentos y pesados a cuenta del sector naval, el conservero o la automoción, mientras otras Comunidades aceleran más ligeras abriéndose a mercados internacionales, siendo atractivas como palanca de inversión o apostando decididamente por el I+D+i. La economía gallega tiene por delante retos de muy alto nivel: problemas demográficos, generación de empleo de calidad o retención del talento propio son solo algunos de ellos. Es momento de olvidar la autocomplacencia de unos datos económicos que por buenos que puedan parecer tras lo que hemos padecido no resisten comparación con el resto del país; ha llegado la hora de aprovechar el entorno positivo que parece que se asienta para llevar a cabo reformas ambiciosas que permitan seguir en la senda del crecimiento y reducir la divergencia con el resto del país. Os deseo a todos un buen período vacacional y os emplazo para el número de septiembre.

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